domingo, 25 de noviembre de 2012

El mercado de Navidad

21 de noviembre. Camino por la calle principal de Heidelberg y un dulce aroma a caramelo penetra mis fosas nasales. A unos cien metros, cuatro hombres que rozan los cincuenta ultiman el montaje de su stand para el Weihnachtsmarkt (mercado de Navidad).



 El Weihnachtsmarkt pertenece a la tradición alemana y austriaca y tiene lugar durante la época de Adviento, desde el 21 de noviembre hasta el 21 de diciembre. Consiste en diversos stands que se colocan en las plazas principales de todas las ciudades y pueblos de Alemania y Austria. Por supuesto, cada lugar tiene sus particularidades y productos típicos. Yo basaré mi testimonio en los dos mercados navideños que he conocido, el de Heidelberg y el de Ludwigshafen del Rin. Aun así, existen ciertos lugares comunes que pueden dar una visión general de qué nos ofrece esta gran tradición germana. En los stands se vende fundamentalmente comida y bebida, Son frecuentes los puestos de salchichas y filetes, de gofres, crêpes, sopa, pizza y un largo etcétera que comienzo a esbozar en seguida.

El otro día tuve la ocasión de probar el Semmelknödel. Literalmente significa albóndiga de pan. Está hecha de trozos de pan del día anterior que se humedecen en leche hasta que resulta una masa que más tarde se cuece. En mi caso, iba esta acompañada de salsa de champiñones.



Otro tipo de comida que no conocía y que tuve ocasión de probar son los lángos húngaros, una especie de masa de pan frito que se hace a base de una masa de patata. Se le añade agua, harina, levadura y sal. Una vez listo, puede acompañar prácticamente a cualquier cosa. Los españoles reconocerán rápidamente el sabor de esta masa porque guarda un parecido notable con la de los churros.



Existen además puestos con algodones de azúcar, chocolate con forma de fruta, ya sean manzanas, fresas o hasta piñas.




Al margen de la comida, son obligados los puestos de Glühwein, vino caliente que sirve para combatir el frío y que se suele elaborar con canela, si bien existe una gran variedad de ellos. También es de destacar la facilidad con la que algunas variedades lo emborrachan a uno.



Seguimos, pero esta vez dándole un descanso al paladar. Son comunes los puestos sobre figuritas que fuman  y emiten el aroma del que hablaba al comienzo del artículo, así como juguetes, dibujos, miniaturas, cartas de felicitación y un largo etcétera que lamentablemente no puedo enumerar aquí. Por problemas de espacio, pero también de memoria.

En el centro de la plaza se suele colocar lo que se llama la Weihnachtspyramide (pirámide de Navidad), una especie de carrusel con imágenes navideñas que se mueven debido al impulso que produce una hélice encima de la pirámide.




Todo esto enmarcado en un paisaje lleno de decorado navideño. Con sus luces, sus Papa Noël, belenes, etc. Cuando nieva, cosa poco común en el noviembre de Heidelberg, se produce una estampa que ya envidiarían las películas de Navidad americanas. Pero sobre todo, aparte del agradable olor a comida y vino caliente, se respira un ambiente de paz y diversión: Familias que van a comer Bratwurst, mientras el niño pequeño se queda parado señalando los puestos de caramelos, universitarios que se relajan Glühwein en mano después de una semana de facultad, mendigos que, habiendo reunido un par de euros se compran un trozo de pizza y, sentado en la mesa de un puesto de vino caliente , yo escribiendo estas líneas.






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