Ayer, día 26 de octubre, tarde de teatro en Heidelberg. ¿La obra? Una maravillosa interpretación de "Das Urteil", de Franz Kafka, ni más ni menos. La representación tuvo lugar en el Taeter Theater de Heidelberg, un modesto pero acogedor local con un aforo que apenas si podía albergar a 100 personas. Se llenó algo más de la mitad. En medio del escenario, de pequeñas dimensiones, se divisa una sobria silla, rodeada por una serie de palos de madera, cuyas extremos superiores se encuentran en un punto concéntrico, dando la sensación de que la silla está dentro de una cabaña. Pasa un minuto cuando un hombre, el único actor de la obra, entra en escena. Al poco tiempo comienza a hablar. Sé que todavía no estoy preparado para entenderme con el alemán de Kafka, pero la expresividad del Schauspieler, combinada con su entonación, me facilitaron sobremanera la comprensión de ese oscuro lenguaje que a veces puede caracterizar a Kafka. Y durante una hora se enfrenta una sola persona a un texto complejo, no diseñado expresamente para ser representado en teatro y con la única ayuda de un sencillo jeugo de luces, un escenario, una silla y varias tablas de madera. Son ya las 21:00. Acaba la función. Aplausos. Salgo a la calle. La lluvia inunda Heidelberg.
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ResponderEliminarUna obra en alemán...con que entendieras cosillas ya es mucho. Kafka, alemán, teatro ¡qué reto!
ResponderEliminarCuéntanos más cosillas por aquí :)