domingo, 23 de septiembre de 2012

¡Poyejali!

Con esta frase inició el cosmonauta ruso Yuri Gagarin el primer viaje al espacio. Podría traducirse por la expresión española "¡Vámonos!". Ya, ya sé que aquí pegaría más una expresión alemana, pero de alguna forma Poyejali conserva en su esencia lo que estoy apunto de emprender. Un viaje apasionante, que jamás he realizado hasta la fecha y que va a marcar un punto de inflexión en mi vida. ¡Poyejali!, pues.

Aunque más que viaje, el nombre apropiado sería odisea. Todavía no sé dónde acabaré alojándome. A lo mejor termino filosofando a las orillas del Néckar, mochila al hombro y libro en mano. El tiempo lo decidirá. Debido a que mi estancia en Heidelberg se prolongará unos 10 meses, no puedo ir, como el maestro Machado, ligero de equipaje, sino escoltado con dos grandes maletas que abultarán sobremanera el precio final del billete. Además voy a cometer la osadía de volar con Ryanair. Sí, esa compañía que según nuestros honestos periódicos mantiene al borde de la muerte a sus pasajeros en el 90% de los vuelos, donde tienen a los peores pilotos del mundo y, por si eso fuera poco, también se comen a los niños. Es tan grande el miedo que me asalta que siento la tentación de escribir mi testamento aquí ya de paso. Muchos deberían comprender que la vida no es un lugar seguro. Es la primera regla de todo organismo vivo.

Pero dejando aparte disquisiciones sobre el periodismo sensacionalista, la verdad es que esta nueva aventura me está colmando de emociones el alma. Son muchas las personas a las que dejo atrás. Despedidas, abrazos, ya nos veremos, volveré por Navidad como el turrón, etc. Pero también se vierten sobre mí emociones sobre lo que me deparará el futuro. Qué sensaciones imprimirán en mi ser los nuevos paisajes que me encuentre, qué nuevas personas conoceré, cómo me va a ayudar mi alemán a desenvolverme en un entorno distinto y una serie de pensamientos que rondan por mi cabeza sin rumbo.

Carpe diem decían los latinos, pero es difícil recoger el presente cuando en el futuro me esperan los mejores frutos de la cosecha. La verdad es que ahora mismo me representa más la cita de uno de mis directores favoritos, Woody Allen: "Me interesa el futuro porque es el sitio donde voy a pasar el resto de mi vida".



En fin, en cuanto pose mis pies sobre Heidelberg, volveréis a tener noticias de mí. Hasta entonces, recoged el día los que habéis sembrado para hoy...que ya llegará el mañana.



No hay comentarios:

Publicar un comentario